Translated by Isabel Zetina
Ahora podemos ver la proliferación de algas desde el espacio: no es ningún secreto que están plagando nuestro planeta.
Las floraciones de algas nocivas, comúnmente denominadas FAN, son congregaciones de aumento de la producción de algas que causan efectos perjudiciales a animales, plantas y seres humanos. Existen dos tipos de FAN 1) floraciones de algas de biomasa alta que crean zonas con agotamiento de oxígeno al descomponerse, y 2) floraciones de algas tóxicas que liberan potentes toxinas capaces de causar enfermedades o incluso la muerte de animales acuáticos y seres humanos, además del agotamiento de oxígeno que crean al descomponerse. El agotamiento expansivo del oxígeno suele provocar la mortalidad masiva de peces, mariscos, mamíferos marinos, tortugas e invertebrados acuáticos.
La exposición humana a las toxinas de las algas se produce a través de los compuestos transportados por el aire, bañarse en masas de agua afectadas y la ingestión a través de los alimentos y el agua potable. Los posibles síntomas incluyen, entre otros: molestias respiratorias, irritación cutánea, trastornos gastrointestinales, vómitos, diarrea, convulsiones, daños hepáticos, parálisis y, en algunos casos, la muerte. El consumo de marisco contaminado con toxinas es especialmente peligroso porque muchas toxinas de algas pueden bioacumularse, lo que conlleva elevados riesgos para la salud en caso de consumo.
Aunque las floraciones de algas se producen de forma natural, el enriquecimiento de los ecosistemas acuáticos con nutrientes inducido por el hombre ha intensificado la aparición y la gravedad de las floraciones de algas nocivas. Dado que las algas colonizan tanto los sistemas de agua dulce como los marinos, ninguna masa de agua es inmune a su destrucción potencial. Las alteraciones humanas de los ciclos del fósforo y el nitrógeno han sobrepasado los umbrales de seguridad y, como consecuencia, se prevé que la eutrofización aumente en las aguas superficiales y las zonas costeras de todo el mundo de aquí al 2030 (UNESCO). La escorrentía agrícola, el mal tratamiento de las aguas residuales, la erosión del suelo y la contaminación son las causas más comunes de la proliferación de algas, pero persiste otra amenaza importante: el cambio climático. Las elevadas temperaturas del agua favorecen el crecimiento excesivo de algas y, por tanto, amplifican aún más la frecuencia de las floraciones de algas nocivas. Debido a la combinación de muchos factores que provocan las floraciones de algas nocivas, los expertos recurren a menudo a colaboraciones interdisciplinarias para contrarrestar las consecuencias generalizadas.
Entre las consecuencias más notorias de las floraciones de algas nocivas se encuentran las ramificaciones económicas, que son considerables y dignas de vergüenza. La Comisión Europea identifica las repercusiones en la pesca comercial, las influencias negativas en el turismo, las complicaciones para la salud humana y los costes de vigilancia/gestión como los principales impactos económicos de las FAN.Sin embargo, la lista completa de repercusiones de las FAN es exhaustiva: mortalidad de las poblaciones acuícolas, productos acuícolas no comestibles debido a la bioacumulación de toxinas, cierres de pesquerías, reducción de la demanda de marisco por parte de los consumidores, disminución del tráfico turístico, deterioro de los precios inmobiliarios, aumento de los gastos médicos, inflación de los precios del agua potable y de los costes de saneamiento, perturbación de las infraestructuras de desalinización, costes imprevistos de limpieza medioambiental... y la lista continúa.
Para poner en perspectiva la magnitud de las repercusiones económicas, un célebre estudio de 2009 estimó que las pérdidas económicas derivadas de la eutrofización del agua dulce inducida por el hombre en Estados Unidos superan los 2.200 millones de dólares anuales. En concreto, se observó que las pérdidas anuales rondaban los 1.000 millones de dólares por el uso recreativo del agua, entre 3.000 y 2.800 millones de dólares por el valor de la propiedad frente al mar, 44 millones de dólares por la prevención de la pérdida de biodiversidad y 813 millones de dólares por los costes del agua potable. Aunque estas cifras son ciertamente escandalosas, cabe suponer que aumentarán en el futuro debido a la mayor incidencia y gravedad de las FAN.
Las consecuencias medioambientales y sociales de las floraciones de algas nocivas tampoco deben tomarse a la ligera. Aparte de las muy públicas muertes masivas de peces (como la actual floración de Florida, de un año de duración), las FAN también alteran la química del agua, fuerzan la migración de peces y mamíferos marinos, reducen la penetración de la luz solar para las plantas acuáticas y, en última instancia, conducen a la degradación del medio ambiente. Las toxinas de las algas pueden bioacumularse en las redes alimentarias y, por tanto, suponer una grave amenaza para las comunidades que dependen del marisco y el pescado para subsistir o generar ingresos. En pocas palabras, las floraciones pueden poner en peligro los ecosistemas acuáticos y amenazar la seguridad alimentaria en muchos países en desarrollo.
Los riesgos económicos, medioambientales y para la salud humana asociados a las floraciones de algas nocivas son considerables, por lo que es primordial minimizarlos. Los gobiernos, el sector privado, los investigadores y las autoridades sanitarias de todo el mundo están desarrollando modelos de pronóstico de las floraciones de algas nocivas para mitigar sus efectos negativos. Los científicos combinan datos obtenidos por satélite con mediciones sobre el terreno (o, lo que sería más apropiado decir, mediciones en el agua) para predecir la aparición, la ubicación y el transporte de las floraciones de algas nocivas. Los satélites Landsat y Sentinel, operados por la NASA/United States Geologic Survey y la Agencia Espacial Europea, respectivamente, ofrecen archivos actualizados de libre acceso que suelen utilizar los meteorólogos. Las imágenes de satélite y las mediciones del color del agua, la temperatura, el viento y las corrientes de agua se incorporan a muchos modelos. Aunque ya se dispone en línea de pronósticos estacionales y a corto plazo (de 3 a 7 días) para varias regiones del planeta, se prevé que la adopción de los pronósticos de FAN aumente a medida que los científicos traten de mejorar la precisión, la cobertura y la duración de las predicciones.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (siglas NOAA en inglés) es una de las muchas organizaciones gubernamentales que utilizan con éxito el pronóstico de floraciones de algas nocivas para reducir la exposición humana a las toxinas de las floraciones de algas. Los investigadores combinan imágenes de satélite, información meteorológica y modelos de corrientes de agua para elaborar informes actualizados sobre las FAN existentes y ofrecer pronósticos de floraciones para el oeste del lago Erie y el Golfo de México. Esta información es utilizada por operadores de sistemas públicos de agua, autoridades sanitarias, turistas, pescadores y bañistas para minimizar los riesgos para la salud y maximizar la seguridad. Las acciones pueden incluir la preparación de las plantas de tratamiento de agua para la eliminación de microcistinas (toxinas de cianobacterias), la publicación de avisos de salud pública, la aplicación de cierres de playas y evitar las zonas infectadas por algas para fines recreativos (natación, pesca, etc.).
Hasta hace poco, los acuicultores irlandeses se encontraban a menudo a merced de las FAN. Las repercusiones incluían mortalidad masiva de peces, cierres de pesquerías comerciales durante largos periodos de tiempo y poblaciones de marisco incomestibles por bioacumulación de toxinas, pero el pronóstico de floraciones de algas está ayudando a cambiar la situación. El Instituto Marino de Irlanda ha desarrollado con éxito un modelo de pronóstico de floraciones de algas nocivas y publica boletines semanales que informan al sector de la acuicultura y a los organismos reguladores de los posibles riesgos de floración. Los boletines incluyen un pronóstico preciso para tres días, mapas de distribución del fitoplancton, descripciones de las tendencias actuales y resúmenes de las tendencias históricas. Las alertas tempranas ayudan a reducir las consecuencias económicas negativas de las floraciones de algas al dar a los productores acuícolas tiempo suficiente para aplicar las medidas de precaución adecuadas. Esto podría incluir la optimización de los calendarios de producción para evitar la bioacumulación de toxinas mediante la cosecha temprana o retrasada, la instalación de sistemas de aireación para combatir el agotamiento del oxígeno, y/o el traslado de sus poblaciones a otro lugar.
Las floraciones de algas nocivas son un problema medioambiental muy personal; afectan a los medios de vida, el agua potable, la alimentación y la salud de las personas. Aunque estrategias como minimizar el consumo, aplicar avisos de salud pública, restringir el acceso a zonas infectadas por algas y modificar las prácticas acuícolas pueden gestionar eficazmente los riesgos asociados a las floraciones, debemos invertir colectivamente un mayor esfuerzo en erradicar por completo las FAN. Es necesaria una reducción significativa de la lixiviación de nutrientes en las masas de agua para garantizar la salud futura de nuestros ecosistemas acuáticos y proteger a las personas que dependen de estos valiosos recursos. Es necesaria una política gubernamental específica y decisiva para crear una acción social generalizada, pero también hay que aprovechar el poder que tenemos como ciudadanos. Tomar decisiones responsables desde el punto de vista medioambiental, como reducir la aplicación de fertilizantes en el césped, comprar productos con bajo contenido en nitrógeno y fósforo, mantener sistemas sépticos eficientes y apoyar la legislación sobre aguas limpias son formas sencillas pero significativas de reducir nuestra carga individual de eutrofización.
Las floraciones de algas son un duro recordatorio de nuestro impacto en los ecosistemas acuáticos. Manchan nuestros ríos, lagos y océanos, y dejan destrucción a su paso. Sugiero que cada uno de nosotros se tome una pausa para reflexionar sobre nuestra contribución a la eutrofización mundial y empiece a cambiar su relación con el agua. Tanto si eres un funcionario con influencia en la formulación de políticas, un científico que investiga estas floraciones o un ciudadano que decide reducir su huella ambiental, todos tenemos un papel que desempeñar en la lucha contra las floraciones de algas nocivas.
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